Una docena de aficionados se reunieron el pasado sábado en las instalaciones del Club Shotokan de Ciudad Real, para participar el III Cursillo de Iniciación al Kick-Boxing organizado por la entidad ciudadrealeña. A lo largo de las dos sesiones en las que se desarrolló la actividad, Javier Fernández-Bravo, después de hacer un breve recorrido por la historia de este deporte, fue presentando a los cursillistas las características que hacen de este deportes de combate un extraordinario método para alcanzar una forma física óptima: resistencia, potencia, velocidad de reacción, flexibilidad, coordinación y agilidad. De forma progresiva y metódica se introdujeron los aspectos técnicos fundamentales: las diferentes guardias y movimientos de protección; ataques de puño directos, circulares y en giro; ataque de de brazo y codo; golpes con la pierna y rodilla.
Después del trabajo de base, en la sesión de tarde los cursillistas pasaron a realizar un trabajo más avanzado basado la realización encadenamientos y combinaciones y el golpeo sobre manopla y escudo. El ponente quiso destacar la necesidad de que junto a estas particularidades, quien pretenda ser un buen kickboxer debe ser una persona inteligente, conocedor de sus verdaderas capacidades y limitaciones para sacar el mejor rendimiento táctico al conjunto de recursos técnicos de los que dispone utilizándolos en función de las características y potencialidad del oponente. El Kick-Boxing no es una disciplina reservada a jóvenes y con grandes facultades físicas, sino que está abierta a cuantas personas, hombres y mujeres, de cualquier edad quieran practicarlo desde una visión deportiva y recreativa, sin necesidad de competición, e ideal para quien no dispone de demasiado tiempo ya que dos o tres horas a la semana son suficientes para alcanzar un nivel técnico o y condición física adecuados en un periodo relativamente corto. Por último, Javier Fernández quiso dejar claro que si bien el Kick-Boxing es un deporte de contacto, corresponde al propio practicante establecer los límites y que el uso de las protecciones adecuadas y la racionalidad son la mejor garantía de una práctica segura en la que las lesiones son lo anecdótico.