Al
parecer esta tradición nipona se remonta al siglo XV y se desarrolló como una
práctica de la clase “samurai”, sin ser específicamente
una ceremonia o tradición "oficial" en los templos Shinto. El día del Kagami Biraki los guerreros se juntaban para limpiar, sacar brillo
y pulir las armas y las armaduras. Se partían en trozos los pastelitos de arroz
y se comían entre los miembros del clan.
Fue Jigoro Kano (fundador del
Judo) quien en 1884 actualizó esta ceremonia celebrando el primer
Kagami Biraki en el Kodokan (sede
mundial del Judo). Posteriormente otras artes marciales lo incorporaron a su
calendario. Se trata de un acto que pretende clarificar los
pensamientos, fortalecer el compromiso de perseverar en la práctica e
impulsar una renovación espiritual de cara al año que comienza.
El evento, que se desarrolló en el Gimnasio Shotokan, sede
social del club, dio comienzo a las 20,00 con las palabras de salutación
de Juan J. Espadas, presidente
de la entidad, quien agradeció a los participantes su presencia y les
transmitió sus mejores deseos para el año recién estrenado. Hasta las 21,30
horas, el propio Juan José Espadas
y Javier Fernández-Bravo dirigieron sendos entrenamientos. Al
inicio, Javier presentó una batería de ejercicios en torno a los fundamentos de
desequilibrio (kuzushi) y barrido (de ashi barai). Este trabajo pretende
aprovechar el momento en el que entre los contendientes se produce una
situación de combate en distancia muy corta (chikama) para
provocar la pérdida de equilibrio del adversario mediante distintos mecanismos
que producen el desplazamiento del centro de gravedad del contrario y su
consiguiente desestabilización corporal con el fin derribarlo y alcanzar una
situación ventajosa para nosotros.
Estos mecanismos que tratan de romper la
estabilidad del adversario se fundamentan en el desplazamiento y el agarre
acompañado de diferentes tipos de tracciones y empujones, barridos y siegas de
uno o ambos pies o derribo por cargas.
Por su parte Juanjo Espadas oriento la
práctica hacia la aplicación del kata
Tekki Shodan, haciendo un recorrido por sus movimientos y las diferentes
posibilidades de poner en uso los movimientos que contiene en situaciones de
combate.
Todo un ejemplo de madurez y de evolución personal en el mundo de las artes marciales alejada de dogmatismos y de escuelas, y que pone de relieve una visión en la que prima la eficacia por encima de cortapisas: Defensas a las que suceden contraataques en distancia corta a los que rápidamente sobrevienen técnicas de luxación, o proyección que culminan con el control del adversario.
Finalizado el entrenamiento, los presentes procedieron a
la Renovación del Juramento de Cinturón Negro que fue leído por Mario Cobo (participante más joven - kohai)
y Bernabé Camargo (en representación
del grupo de veteranos - sempai).
A continuación, de frente al Kamiza
(pared de honor con los símbolos de la escuela) se formularon las
peticiones para el nuevo año según el ritual japonés.
KAMPAI - ¡Salud!
乾杯