Espadas, a lo largo de tres horas, desarrolló su propuesta de trabajo que dividió en tres bloques: el primero, encaminado a mostrar las formas básicas de autodefensa, que aunque naturaleza ecléctica, los fundamentos técnicos que iban a ver a lo largo de la sesión estarían basados principalmente en la disciplina de nihon tai-jitsu, un método superior de defensa personal que se enseñan y práctica en el Club Shotokan. En este apartado el ponente enfatizó la necesidad de desarrollar una actitud personal que favorezca el desenvolvimiento en este tipo de situaciones.
Para comenzar, se mostró un elemental sistema defensivo, basado en el mantenimiento de la capacidad de respuesta y la utilización de manos y brazos cómo elementos de protección. a continuación, se realizó una práctica de las formas de golpeo más útiles, por sencillas y eficaces, basado en puntapiés, codazos, golpes de mano abierta o ataques con los dedos a las zonas anatómicas más accesibles y vulnerables.
En
el segundo y tercer bloque, se abordó el
estudio de los contextos en los que se producen la mayoría de las agresiones de
las que la mujer es víctima: el primero de ellos sería el propio domicilio, en
el que el agresor es un familiar, por lo general el marido, pareja o ex pareja.
Se analizaron las llamadas “situaciones tipo” que responden a patrones de
conducta del agresor basados en que su manifiesta superioridad física provoca
intimidación y sometimiento por parte de
la agredida. Se práctico por parejas
reproduciendo situaciones “habituales” de acoso y agresión e intentos de
violación en distintos espacios del hogar, como en pasillo, la cocina o baño,
el salón, etc.
En el tercer bloque, se trató las agresiones
en espacios públicos, como la calle, el lugar de trabajo, el portal, el
aparcamiento, garaje… Para complementar este bloque, Espadas recalcó y mostró
lo interesante que resulta para el propósito de la autodefensa el uso de
objetos cotidianos, como llaves,
bolígrafos o cualquier otro utensilio a nuestro alcance que nos aporte
contundencia y eficacia en las acciones defensivas.
Para finalizar, Juan J. Espadas, una vez más
quiso priorizar el mantenimiento la actitud preventiva, alerta y no confiada
por parte de las potenciales víctimas. El instructor del Club Shotokan quiso
enfatizar que antes que otro tipo de actuaciones, hay que evitar la
confrontación y disuadir al agresor y, cuando haya indicios serios de peligro,
alertar a los cuerpos de seguridad.