La muerte súbita cardíaca (MSC) por commotio cordis (CC) hace referencia a
aquella que se desencadena tras un impacto en la región precordial (zona
central torácica coincidente con la ubicación del corazón), de escasa energía y
a veces aparentemente trivial que produce una parada cardiorrespiratoria (PCR).
La ausencia de lesión macroscópica debida al impacto diferencia a la CC de la
contusión cardíaca en que una colisión de alta energía produce lesiones
miocárdicas y de la caja torácica subyacente.
En 1995
Maron et al. Publican 25 casos de víctimas de CC de entre 3 y 19 años de edad, percatando a
la comunidad sanitaria y público en general de la importancia de esta patología
que hasta entonces se le había prestado escasa atención en la literatura
científica. En 1996 se puso en marcha en EEUU el U.S. Commotio Cordis Registry en Minneapolis, habiendo registrado
224 casos desde su creación. La CC ocurre predominantemente en niños y
adolescentes, con una edad promedio de 15+- 9 años. Un 26% de las víctimas eran
menores de 10 años y solo un 9% de 25 años o mayores. El 95% eran varones y la
mayoría (78%) de raza blanca. Esta susceptibilidad en menores se ha atribuido a
la estructura más estrecha (con un mayor índice de superficie entre siluete
cardíaca/caja torácica), y más deformable de la pared torácica; todo ello
favorecería una mayor transmisión de energía al miocardio. La caja torácica ya
desarrollada, más ancha y consistente del adulto explica la relativamente baja
frecuencia de CC incluso en el seno de deportes violentos y de contacto. Cabe
destacar que el 50% de las muertes se produjeron por impactos banales fuera del
ámbito deportivo como bolas de nieve, caídas accidentales durante juegos...
Según estudios experimentales en animales deben darse dos circunstancias
determinantes para desencadenar CC. La primera es la localización del impacto,
que ha de producirse directamente sobre el centro de la silueta cardíaca
(paraesternal izquierdo). El segundo determinante concierne al momento exacto
del impacto, que debe ocurrir con un estrecho margen de 10 a 20 milisegundos,
aproximadamente un 1% de la duración total del ciclo cardíaco. Este periodo es
especialmente vulnerable para la aparición de
fibrilación ventricular directa (FV), arritmia mortal si no se trata
precozmente. Si el impacto se produce en otros momentos del ciclo cardíaco
pueden aparecer otro tipo de arritmias transitorias sin repercusión
hemodinámica.
El
conocimiento de este tipo de MSC es necesario para su prevención,
reconocimiento y actuación inmediata para evitar un desenlace fatal y trágico
dado las edades en que se suele producir. En las artes marciales donde los
impactos torácicos son habituales debemos estar atentos a cualquier pérdida de
consciencia o inestabilidad tras un contacto en el centro del tórax. Los
protectores torácicos comercializados han sido diseñados para prevenir
traumatismos torácicos más que la CC, y no ofrecen una plena protección contra
la arritmia producida por impacto
De hecho en la serie de casos del U.S. National Commotio Registry casi un tercio de los deportistas fallecidos
por CC en deportes de competición llevaban una protección torácica. Aún no se
ha implementado un protector precordial que haya demostrado ser eficaz contra
la CC.
Ante un caso de CC debemos actuar inmediatamente
reconociéndolo y aplicando el protocolo de Soporte Vital Básico (SVB),
activando los servicios sanitarios de emergencia (112), iniciando precozmente
maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), incluyendo el uso del DEA
(desfibrilador externo automático) como único tratamiento eficaz para revertir
una arritmia mortal. Por ello desde este artículo se anima a los instructores y
practicantes de artes marciales en particular y otros deportes y a la población
en general a que hagan cursos sobre SVB y uso del DEA. También sería
conveniente que en cada gimnasio o club se contara con un desfibrilador ya que
el tiempo desde que se produce la MSC hasta que se utiliza el DEA es
fundamental para la total recuperación sin secuelas posteriores.
Este artículo no pretende ser alarmista, sino
aportar conocimientos sobre un tipo de MSC que aunque muy infrecuente no está
exenta de producirse y así estar preparados para actuar con prontitud y
eficacia.
Antonio Mora Alcolao
Enfermero de Atención Primaria
Colaborador de la Real Federación Española de
Fútbol
Instructor de Soporte Vital Avanzado