sábado, 2 de octubre de 2010

Curso de Karate en Madrid



Septiembre, y menos aún en su primera quincena, no es precisamente la fecha más indicada para realizar en España un curso técnico. Por eso me mostré escéptico ante el resultado de esta iniciativa cuando me hizo partícipe de ella mi amigo José Morgado, gerente del Centro Tora, de Madrid. El promotor de la “brillante” idea de organizar un Curso con el Maestro Kagawa cuando la canícula todavía hace estragos y la mayoría de nosotros aún tenemos interiorizado el horario de verano, no era él, sino nuestro maestro común Yoshiatsu Doi. La verdad es que la posibilidad de volver a entrenar con Kagawa Sensei se me antojaba muy atractiva, pero el promover un curso de este calibre sin garantía de asistencia de participantes siempre me ha parecido temerario y así se lo hice saber a Morgado. Cuando ya creía que este era un tema olvidado, el pasado mes me llama Doi Sensei y me dice: -Javier, estoy en Madrid. Voy a verte a Ciudad Real porque tenemos que hablar del Curso con el maestro Kagawa en Septiembre. Y yo, sin salir de mi perplejidad, descubro que el proyecto sigue adelante y que sólo falta un mes para su celebración. Ya en mi casa, el maestro Doi me explica (a su modo) como van los preparativos: que si la Federación Española de Karate colabora, que se va a hacer en las instalaciones del INEF, de Madrid, que el maestro Kagawa viene con algunos alumnos suyos, que van a asistir cursillistas de otros países… Y, aunque con escaso convencimiento en éxito, me dispongo ¿cómo no? a prestar todo mi apoyo de esta iniciativa, que para eso el maestro es el maestro. Me dice lo que hay que tiene que ir en la circular que yo redacto y pongo en circulación por Internet y espero que la red de redes y mis compañeros de Madrid y Ávila hagan lo que puedan.




Con estos antecedentes, cual no será mi sorpresa cuando al llegar en compañía de mis hijos Javier y Carlos al Pabellón de Artes Marciales del Consejo Superior de Deportes de Madrid, el mismo al que en tantas otras ocasiones me han citado para cursos o exámenes de grado, me encuentro con un importante número de personas que están formalizando su inscripción. ¡Qué grata sorpresa! Entre los asistentes, instructores tan destacados como Lorenzo Parra. Miguel Gómez Nacarino, José María de Dios, Luis Ignacio Gómez o Gonzalo Molina. También ha venido Antonio Moreno, presidente de la RFEK, que va a presentar el curso. Después el maestro Doi toma la palabra para agradecer a todos los participantes su presencia, especialmente a los instructores llegados desde muy distintos puntos de la geografía nacional: David Gento, Pedro Naranjo, Enrique Tendero, Fernando Tierraseca, Juan Carlos Torrubias, Alvaro Jiménez,… y así hasta completar una larga nómina. Entre los visitante ilustres debo destacar al maestro Osamu Nomura, afincado en Madrid.
Nacido en 1955 en Osaka, Japón, Masao Kagawa se inició en la práctica del Karate a los 17 años. Después de terminar sus estudios en la Universidad de Teikyo, realizó el curso de instructores de la Asociación Japonesa de Karate, entrenando bajo la dirección de Nakayama, Tanaka, Abe y Asai el cual tuvo sobre él una gran influencia. Con un palmarés repleto de victorias en diferentes torneos internacionales tanto en kata como en kumite, en los años 80 y 90, actualmente Kagawa es cinturón negro 8º dan y director técnico de la Japan Karate Shotorenmei, entrenador de la sección de Karate de la Universidad de Teikyo y seleccionador nacional de Japón. Asimismo, Kagawa es autor de varios vídeos didácticos de gran calidad.
Sensei Lorenzo Parra dirigió el calentamiento a través de una serie de ejercicios de estiramiento, muy sistemático, incidiendo en todos los grupos musculares y de forma particular en aquellos que más intervienen en la práctica del Karate.



Durante esta primera sesión matinal Sensei Kagawa, que en todo momento fue asistido por el maestro Doi, quiso dirigir nuestra atención al trabajo y perfeccionamiento de la técnica de base (Kihon waza) mediante la ejercitación en posición estática y en desplazamiento de técnicas de defensa y ataque con puños y piernas. Kagawa enfatizó la importancia de no descuidar aspectos fundamentales que atañen a la calidad técnica del movimiento y, por ende, a su posible eficacia: posición (cuidando el equilibrio, amplitud y asentamiento y aprovechamiento del jiku-ashi o impulso del pie de pivote); postura: adecuada disposición del eje vertical y mantenimiento de la perpendicularidad de la columna vertebral, disposición del tronco de frente o de costado; giro e impulso de las cadera (Koshi No Kaiten) para general potencia; control de la respiración (kokyo); acción coordinada de los brazos en ataques y defensas; sincronización y simultaneidad en las acciones (doji waza). En keri waza incidió en la necesidad de utilizar la cadera para favorecer la recogida del pie de ataque (hiki ashi) de un modo rápido y eficaz.




Después de un breve descanso, realizamos trabajo por pareja (Ippon Kumite) en los que el maestro destacó la importancia de la adecuación del movimiento a la distancia entre los oponentes (maai) y a envergadura. Una sesión de entrenamiento que podemos catalogar de clásica, muy en la tradición japonesa.

Después de comer en una piscina próxima al complejo deportivo, fue el momento de poner el karategi a secar y echar una cabezadita sobre la hierba (mokuso al estilo español). De vuelta al tatami, el maestro Miguel Gómez Nacarino se encargó de sacarnos de nuestro sopor vespertino con un calentamiento a la vieja usanza: carreras, saltos, flexiones, abdominales…Ya metidos en faena, los asistentes nos dividimos en dos grupos, de acuerdo con nuestras preferencias; un grupo para practicar Kata dirigido por el Sensei Kagawa; y otro grupo para Kumite bajo la supervisión de Inada, instructor asistente del maestro Kagawa en la Universidad de Teikyo.

En el entrenamiento del Kata, Kagawa puso mucho énfasis en establecer una clara relación entre Kihon y kata ya que, al fin y al cabo, un kata es una secuencia ordenada de Kihon de acuerdo con un estándar y, por lo tanto, se rige por los mismos principios fundamentales.
De forma explícita, efectuando un repaso de los Kata Heian, Kagawa, recalcó la necesidad de realizar desplazamientos rápidos y fluidos observando los momentos de tensión-relajación para una adecuada utilización de la fuerza (chikara no oyo); la utilización de la cadera en los giros y la aplicación de la potencia (kime). Por su parte, el grupo de Kumite realizó un entrenamiento muy intenso, de una gran exigencia física y mucho ardor.


La mañana del domingo fue igualmente intensa, comenzando a las 10,30 (algunos antes) con un nuevo calentamiento comandado por Nacarino Sensei y continuar de la mano Sensei Kagawa con ejercicios de Sambon Kumite. Después realizamos un repaso general de los fundamentos de Kihon trabajados el día anterior y más combinaciones.
En este momento, el Sensei Kagawa dirigió una batería de ejercicios para mejorar la flexibilidad (junansei) mediante la alternancia en la tensión-relajación de los grupos musculares antagonistas, (incidencia sobre el reflejo miotático) resaltando la importancia del control respiratorio.

En este apartado Kagawa se mueve como pez en el agua, su movilidad articular es asombrosa y queda muy lejos de la capacidad de muchos de nosotros que debemos conformarnos con poder patear a la altura de la cabeza con cierta soltura.
De nuevo los cursillistas quedamos divididos en dos grupos: uno bajo la tutela de Kagawa Sensei que se dedicó a practicar de forma intensa y pormenorizada el Kata Gojushiho-Sho, y por otro lado, un segundo grupo que realizó un entrenamiento de Kumite dirigido por Inada Sensei.
Kagawa Sensei realizó una magnífica exposición de Gojushiho, sin ambages, y, haciendo gala de su excelente habilidad, demostró cada de los movimientos del Kata e invitó a los asistentes a plantearle todas las dudas que pudiéramos tener respecto a forma, ritmo, embusen…


Concluido el entreno, el equipo femenino de la Universidad de Teikyo nos obsequió con una magnífica realización del Kata Gojushiho-Sho y a continuación un equipo de luchadores nacionales se enfrentó a dos equipos formados por karatekas japoneses. Luis Ignacio Gómez (árbitro mundial) y Miguel Gómez Nacarino oficiaron de jueces de la contienda. Aunque el resultado final fue lo menos importante, los combates fueron muy atractivos, destacando el espíritu de combate (kihaku) y la deportividad demostrada por los contendientes.