Introducción.
Como
continuación al artículo anterior aparecido en esta publicación y dedicado a
“Muchiken Waza”, en esta segunda parte vamos a examinar más detalladamente el
método de Asai Shihan para el entrenamiento de la movilidad articular. También
ampliaremos la información referida a la aplicación de este fundamento en las
técnicas de pierna, tanto en defensa como en ataque.
Jyu Jin Ho: “Suavización
de los ligamentos”.
El
método de flexibilización del maestro no difiere sustancialmente de otros
métodos conocidos. La principal
diferencia tal vez sea que la forma de Asai Shihan no fija su objetivo principal
en la mejora en la elasticidad del tejido muscular, más bien se orienta al trabajo sobre el núcleo articular y sus
elementos estructurales. En este punto, conviene recordar que la movilidad
articular es una cualidad física involutiva, es decir, nacemos con el máximo grado y a medida que
transcurren los años vamos perdiendo capacidad en mayor o menor medida según
una serie de factores tanto endógenos como exógenos: herencia genética, sexo,
actividad deportiva, actividad cotidiana, accidentes, lesiones, etc. Por
consiguiente, hablamos no tanto de ganar
flexibilidad, como de ralentizar el proceso involutivo y obtener el mejor
aprovechamiento de una capacidad que ya poseemos dado que la ausencia de una
movilidad adecuada y un acortamiento de los tejidos musculares acarrea serios
perjuicios, entre los que, desde nuestra perspectiva de artista marciales, se
sitúa la dificultad de los músculos de realizar movimientos explosivos.
Asai señalaba
tres partes en su método para invertir el proceso involutivo y lograr lo que él
llamaba “articulaciones suaves” que optimicen el rendimiento: 1) Estiramiento; 2) Relajación; y 3) movimiento rotatorio.
1) Estiramiento:
Obviamente, consiste en un movimiento de
extensión de los ligamentos de una articulación. La técnica de Asai no se
circunscribe únicamente al plano fisiológico, además exige el desarrollo la
conciencia corporal por medio de un proceso de introspección, de
interiorización del movimiento hasta llegar a visualizar mentalmente los
ligamentos y cómo experimentan la elongación en el transcurso del estiramiento.
2) La calma: En este paso se trata de alcanzar un
estado equilibrio entre la resistencia de los
tejidos a extenderse (él las llama fuerzas internas) con la fuerza que las inducen
a aumentar sus límites (impulso externo). El nexo por el que se consigue este
“estado de quietud” es la respiración, que ha de ser lenta, rítmica y
controlada, expulsando el aire durante el estiramiento. Una vez alcanzada la
posición de estiramiento, no debe contenerse ni inhibirse el ritmo respiratorio
normal. Según Asai Shihan:
“cuando
uno estira un brazo, la exhalación, también se extiende al ligamento”.
Durante esta fase del ejercicio, se debe mantener la visualizando mental de los
ligamentos y tener una clara conciencia del efecto que se produce en ellos.
3) El movimiento
rotatorio:
Es aplicable a cualquier núcleo articular: tobillo, cintura, parte superior del
cuerpo o cuello, sobre los que giran los segmentos. Esto permitirá a las
articulaciones ganar amplitud de movimiento y reducir la posibilidad de dolor o
el riesgo de lesión.
La idea es que una
vez que se alcanza un punto máximo de extensión de los ligamentos. Se inicia un movimiento de giro sobre la
articulación. Por ejemplo abriendo y cerrando, haciendo círculos y doblándose y
desdoblándose, dependiendo de que la articulación se trate en cada momento. Por
ejemplo, si el hombro es rígido, el golpe de puño es muy lento, y si está tenso,
resta potencia en el golpe. Por lo tanto es muy importante para la técnica de
brazo el entrenamiento de los ligamentos de para lograr que la articulación del
hombro sea flexible, suave.
Hombro,
brazo, codo, antebrazo, muñeca y mano,
cada segmento, forma parte de una cadena y como tal debe poder ser
utilizado. Esta
posibilidad puede ser aplicada en cualquiera de las direcciones: hacia arriba,
hacia abajo, hacia adentro, externo y lateral y todas las direcciones posibles,
usted será capaz de tratar con su opositor en cualquier situación de cualquier
dirección.
Acometiendo
con nuestro brazo de este modo, si el adversario trata de bloquear nuestro
ataque con su antebrazo, gracias a la elasticidad de los ligamentos del hombro,
el nuestro se articula como si de una cadena se tratase bordeándolo para
alcanzar la parte posterior de su cuello
Piernas
como látigos.
Hasta ahora hemos puesto nuestra atención en la manera de usar nuestros brazos como
fustas. Pero, del mismo modo, el método
“Muchiken” es aplicable para los ataques con las piernas que también puede ser usada como un látigo.
En
realidad esta forma no es verdaderamente novedosa. En las antiguas escuelas
(koryu) las técnicas de pierna eran escasas y su ejecución era muy natural;
puntapiés en los que se ponía el alma con el propósito de acabar con el rival.
Cuando
el Karate evoluciona hacia una forma de budo moderno, pierde esta autenticidad
y el entrenamiento, que ya no tiene por objetivo poner fuera de combate al
adversario, se realiza bajo bases biomecánicas. Una de las consecuencias es que
para evitar lesiones articulares en el
pateo se incide en la retracción de la pierna o efecto “snap” después del impulso. Esta manera cobra especial relevancia
cuando el Karate se deportiviza y de quiere impedir causar daño al oponente. No
obstante, algunos estilos de Karate y otras modalidades de combate, como el Kick
Boxing, siguen realizando puntapiés de trayectoria penetrante, sin recogida de
la pierna, de forma singular las patadas circulares a las que se les imprime un efecto similar al de un bate de béisbol. El fin de
la técnica se determina por la pérdida de aceleración en el recorrido; cuando
la resistencia vence al impulso. Se persigue el KO del contrincante y el
contacto con su cuerpo elimina el efecto de hiperextensión de los ligamentos de
la rodilla.
El
maestro Asai fue una persona preocupada por poner en valor la dimensión marcial
del Karate. Por encima de otras consideraciones, para él “sólo existe un Karate, el que vale para el combate: el Karate
bu-jutsu”. Desde esta perspectiva no puede extrañarnos que el maestro se
sintiera atraído por unas formas de patada mucho más próximas y aplicables al
el combate real.
Sobre
estas premisas, Asai Sensei era también capaz de dar patadas en distancias cortas.
Esto es resultado de la flexibilidad de articulaciones y técnicas suaves.
Como
recapitulación, una vez más recurriré a las palabras del propio Asai Sensei: "Por favor practique con precaución estas
técnicas, hágalo paso a paso hasta que usted lo domine. Usted debe dar tiempo a
su cuerpo para practicar este método y aprender la técnica. Cuando usted
note que la técnica presenta múltiples fallos,
entonces debe entrenar cada una de las partes por separado. Practique las
partes siguiendo el orden propio de la técnica. Y luego, una vez que su cuerpo asimila
y es capaz de realizar cada parte de la técnica, puede unirlas para realizar
esta técnica con su máxima velocidad. Si usted trata de realizarlo con la
velocidad máxima desde el principio, podría causar daño a su cuerpo, ya que
usted no han permitido a su cuerpo asimilar los ángulos apropiados de los
movimientos requeridos para cada uno de los pasos que constituyen esta técnica"
Para
finalizar este capítulo dedicado a “Muchiken Waza”, quiero expresar que en mi
opinión estos métodos de entrenamiento son el resultado de la observación de
diversos sistemas de lucha y largas y continuas sesiones de entrenamiento y experimentación
personal. Estas vivencias del maestro Asai se reconocen fácilmente en katas de
su creación como Seiryu, Sensho o Rantai
auténticas joyas que, como en anteriores ocasiones, invito a conocer y
practicar.